Soy Mariana (40) casada y con mi esposo en el universo swinger desde 2009.
Creo que para responder tu pregunta lo primero que hay que tener en cuenta es
LA PERSONALIDAD de quien ademas de compartir nuestra cama terminan formando
parte de nuestras vidas.
Despues de tantos años la experiencia es variada, en especial porque es inevitable
terminar haciendo amistad con alguien a quien le abres la puerta de tu casa,
comparte tu cama, y hasta intercambia fluidos contigo y con tu cónyuge.
Haciendo un pequeño balance de los casos mas marcantes de nuestra vida sexual
El matrimonio swinger que en el año 2009 nos "inició" en el intercambio de parejas
a mi y a mi marido, nunca mas los volvimos a ver, mismo cuando intercambiamos
teléfonos.
( asumo que ellos aplicaron conmigo y con mi marido la opción 1 )
En cambio cuando hicimos nuestro primer trio HMH el chico que yo y mi marido
trajimos a nuestra casa y a nuestra cama se granjeó nuestro afecto por su forma
de ser, respetuoso, sensible e increíblemente intuitivo respecto de nuestras
necesidades en materia de sexo.
De hecho se convirtió en nuestro "tercero" favorito en nuestra cama y pasamos
bellos momentos disfrutando de su cuerpo.
Cuando se casó, yo y mi esposo le obsequiamos un terreno para que se construyera
su casa, mismo cuando su mujer lo hizo apartarse del ambiente swinger.
Sucedió que su esposa, sabedora de que su "amistad" conmigo y con mi marido
había surgido en nuestra cama, comenzó a hacerle escenas de celos, por lo que
optamos por apartarnos de ellos para evitarles conflictos de pareja.
Diferente fue el caso de IVAN, un empresario ruso que conocimos en un encuentro
swinger.
En ese caso, fue él que despues de tener sexo conmigo durante el encuentro swinger
comenzó a frecuentar nuestra casa, y prácticamente nos "adoptó" como su familia
porque llegó a cocinar comida rusa para nosotros, y hasta oficié como su secretaria
en algunas reuniones de negocios.
Solo que cuando regresó a su pais quería que yo dejase a mi marido y me fuera con
él a vivir en Lituania o Letonia, (no recuerdo bien.)
Cuando me negué a acompañarlo se molestó mucho y perdimos su amistad.
Un caso opuesto fue con un matrimonio ( Natalie y Martin ) con los que primero
hicimos amistad,
luego esa amistad terminó en la cama, y luego ( cuando Martín le puso un "cuerno" a
Natalie con una colega de oficina ) ella me culpó de que nuestra influencia había "arruinado"
su matrimonio por haberlos introducido en la cultura swinger.
Es que Martín tenía, -en su trabajo- un "amor de oficina" a escondidas de su esposa y
cuando todo se descubrió nos culparon a mi y a mi marido de su conflicto y perdimos
su amistad.
Realmente -con mi esposo- somos mas de hacer amistad con las personas que comparten
nuestra forma de vida, en especial si ******* matrimonios o parejas consolidadas.
Es muy bello planificar una salida de las dos parejas juntos, salir a la noche, a cenar, a
bailar, o algún bar a beber, para -luego- cada hombre terminar la noche con la mujer del otro.
Llegamos a tener "vacaciones cruzadas" con alguna pareja, o sea yo me voy de vacaciones con
el marido de otra mujer y esa mujer se va de vacaciones con mi marido.
Pero, -como bien apuntas- en tu posteo, y desde mi experiencia, cuando se establecen lazos
"extra sexo" con personas con las que compartimos cama, corremos el riesgo de que la
relación se convierta en POLI AMOROSA mas que en algo del tipo swinger.