A diferencia de muchos que escriben aquì sobre sus fantasìas de ver a sus esposas con otro hombre, yo no habìa elegido semejante situaciòn, pero se fuè dando naturalmente sin proponèrnoslo.
Mi esposa es una increiblemente atractiva mujer de origen europeo de casi 1,80 m de estatura. Yo tabajaba en la misma empresa qu ella cuando la conocì hace como 17 años.
En ese momento ella estaba noviando con un joven unos 8 años mayor, hijo de inmigrantes caboverdeanos. Su ahora ex novio, es un tanto chaparro, de pelo mota muy corto, piel negra y rasgos netamente africanos, es delgado, con el abdomen bien marcado pero a primera vista no resultaba tan atractivo fìsicamente, al lado de semejante mujer escultural. De hecho nadie entendìa què le habìa visto mi esposa a èl.
Al parecer la relaciòn no iba bien y al poco tiempo se separaron, luego de 3 años de estar en pareja.
Entonces ella y yo comenzamos a salir sin demasiados cmpromisos al comienzo, hasta que la relaciòn con el correr de los tiempos se fuè afianzando.
En Argentina no es comùn ver a una joven caucàsica noviando con un afroamericano, secialmente porque la afluencia migratoria del Àfrica se acentuò hace poco màs de 5 años a partir de trabajadores proveniente de Costa de Marfil, Senegal y Cabo Verde, por lo tanto, la pareja de mi esposa era algo atìpico.
En cierta ocasiòn, picado por la curiosidad, le preguntè sobre sus relaciones sexuales, y ella me contò varias anegdotas de su ex que me dejaron màs que sorprendido.
Ella y Axel, si bien habìan fallado en la convivencia, se entendìan muy bien a nivel sexual, especialmente porque se amaban y esto solo hacìa que los encuentros sexuales que mantenìan diariamente, se potenciaran aùn màs.
Me contò por ejemplo, que tenìa una gran habilidad para hacerla excitar, dedicandole buen rato a masagear suavemente su clìtoris con sus manos al mismo tiempo que estimulaba sus pezones con la lengua. Esto enloquecìa tremendamente a mi mujer, mojàndola de inmediato.
En cierta ocasiòn en que se estaban dando un baño juntos, Axel comenzò a excitarla recorriendo sus zonas erògenas con el jabòn, para luego de enjuagarla, lamerle los senos como solìa hacer.
A los pocos minutos estaban follando bajo la ducha, pero lamentablemente Axel no pudo resistir la gran excitaciòn que tenìa, y eyaculò ràpidamente.
Salieron de la ducha, y mi esposa estaba màs excitada que nunca, ya que ella aùn no habìa logrado el orgasmo. Axel se habìa puesto ya su ropa pero mi mujer, aùn desnuda, le explicò que necesitaba tener un orgasmo, por lo cual se arrodillò fente a èl y luego de extraerle su picha del pantalòn, le diò una tremenda mamada.
Pese a que Axel estaba en su perìodo refractario post orgàsmico, ràpidamente logrò tener su pene completamente erecto y, segùn mi esposa, duro como una roca, al punto de que era èl ahora, quien le suplicaba que lo dejase ponèrsela.
Hicieron el amor de parados, mi esposa apoyada de cara a la puerta del placard, y su ex penetràndola vaginalmente por detràs. Pese a que la cama estaba a dos metros de allì, la ansiedad de ambos por follar, hizo que no llegaran hasta ella. Axel apenas tuvo tiempo de bajarse los pantalones a los tobillos, y una vez ya acoplados, antes de comenzar con las sacudidas, mi esposa le rogò que "se la follase con todas sus fuerzas".
Axel asì lo hizo y en tan solo un minuto, logrò darle a mi esposa uno de los mejores y màs potentes orgasmos de toda su vida.
Le preguntè si habìa gritado al acabar y me dijo que sì, debido a que tenìa una excitaciòn terrible, y que pocos segundos luego, con ella aùn jadeando de placer, su ex se corriò por segunda vez.
Tambièn me contò sobre otras dos ocasiones, en que la exitaciòn mutua, los llevò a tener sexo en lugares pùblicos o bajo el riesgo de ser vistos.
Una de ellas fue en el patio de la casa de mi mujer, mientras su familia estaba de compras (aunque no sus vecinos) follando en una silla, y la otra, manejando por una carretera desierta, aparcarn el auto al costado del camino y mi esposa le hizo a Axel sexo oral hasta hacerlo acabar.
Todas estas anègdotas solo lograron que yo confirmara mis sospechas acerca del tremendo potencial viril que poseen la gran mayorìa de los negros y Axel no era una excepciòn.
Èl jamàs tuvo problema alguno para excitarse y mantener la erecciòn pese a las diferentes situaciones en que se encontraban, que generarìan a la gran mayorìa de los hombres, algùn que otro grado de estrès.
Varias veces a lo largo de mi matrimonio, le manifestè a mi esposa còmo me hubiera gustado verla follar con su ex delante mìo.
Fue recièn luego de casi 11 años de matrimonio que nos decidimos a contactarlo...
Mi esposa es una increiblemente atractiva mujer de origen europeo de casi 1,80 m de estatura. Yo tabajaba en la misma empresa qu ella cuando la conocì hace como 17 años.
En ese momento ella estaba noviando con un joven unos 8 años mayor, hijo de inmigrantes caboverdeanos. Su ahora ex novio, es un tanto chaparro, de pelo mota muy corto, piel negra y rasgos netamente africanos, es delgado, con el abdomen bien marcado pero a primera vista no resultaba tan atractivo fìsicamente, al lado de semejante mujer escultural. De hecho nadie entendìa què le habìa visto mi esposa a èl.
Al parecer la relaciòn no iba bien y al poco tiempo se separaron, luego de 3 años de estar en pareja.
Entonces ella y yo comenzamos a salir sin demasiados cmpromisos al comienzo, hasta que la relaciòn con el correr de los tiempos se fuè afianzando.
En Argentina no es comùn ver a una joven caucàsica noviando con un afroamericano, secialmente porque la afluencia migratoria del Àfrica se acentuò hace poco màs de 5 años a partir de trabajadores proveniente de Costa de Marfil, Senegal y Cabo Verde, por lo tanto, la pareja de mi esposa era algo atìpico.
En cierta ocasiòn, picado por la curiosidad, le preguntè sobre sus relaciones sexuales, y ella me contò varias anegdotas de su ex que me dejaron màs que sorprendido.
Ella y Axel, si bien habìan fallado en la convivencia, se entendìan muy bien a nivel sexual, especialmente porque se amaban y esto solo hacìa que los encuentros sexuales que mantenìan diariamente, se potenciaran aùn màs.
Me contò por ejemplo, que tenìa una gran habilidad para hacerla excitar, dedicandole buen rato a masagear suavemente su clìtoris con sus manos al mismo tiempo que estimulaba sus pezones con la lengua. Esto enloquecìa tremendamente a mi mujer, mojàndola de inmediato.
En cierta ocasiòn en que se estaban dando un baño juntos, Axel comenzò a excitarla recorriendo sus zonas erògenas con el jabòn, para luego de enjuagarla, lamerle los senos como solìa hacer.
A los pocos minutos estaban follando bajo la ducha, pero lamentablemente Axel no pudo resistir la gran excitaciòn que tenìa, y eyaculò ràpidamente.
Salieron de la ducha, y mi esposa estaba màs excitada que nunca, ya que ella aùn no habìa logrado el orgasmo. Axel se habìa puesto ya su ropa pero mi mujer, aùn desnuda, le explicò que necesitaba tener un orgasmo, por lo cual se arrodillò fente a èl y luego de extraerle su picha del pantalòn, le diò una tremenda mamada.
Pese a que Axel estaba en su perìodo refractario post orgàsmico, ràpidamente logrò tener su pene completamente erecto y, segùn mi esposa, duro como una roca, al punto de que era èl ahora, quien le suplicaba que lo dejase ponèrsela.
Hicieron el amor de parados, mi esposa apoyada de cara a la puerta del placard, y su ex penetràndola vaginalmente por detràs. Pese a que la cama estaba a dos metros de allì, la ansiedad de ambos por follar, hizo que no llegaran hasta ella. Axel apenas tuvo tiempo de bajarse los pantalones a los tobillos, y una vez ya acoplados, antes de comenzar con las sacudidas, mi esposa le rogò que "se la follase con todas sus fuerzas".
Axel asì lo hizo y en tan solo un minuto, logrò darle a mi esposa uno de los mejores y màs potentes orgasmos de toda su vida.
Le preguntè si habìa gritado al acabar y me dijo que sì, debido a que tenìa una excitaciòn terrible, y que pocos segundos luego, con ella aùn jadeando de placer, su ex se corriò por segunda vez.
Tambièn me contò sobre otras dos ocasiones, en que la exitaciòn mutua, los llevò a tener sexo en lugares pùblicos o bajo el riesgo de ser vistos.
Una de ellas fue en el patio de la casa de mi mujer, mientras su familia estaba de compras (aunque no sus vecinos) follando en una silla, y la otra, manejando por una carretera desierta, aparcarn el auto al costado del camino y mi esposa le hizo a Axel sexo oral hasta hacerlo acabar.
Todas estas anègdotas solo lograron que yo confirmara mis sospechas acerca del tremendo potencial viril que poseen la gran mayorìa de los negros y Axel no era una excepciòn.
Èl jamàs tuvo problema alguno para excitarse y mantener la erecciòn pese a las diferentes situaciones en que se encontraban, que generarìan a la gran mayorìa de los hombres, algùn que otro grado de estrès.
Varias veces a lo largo de mi matrimonio, le manifestè a mi esposa còmo me hubiera gustado verla follar con su ex delante mìo.
Fue recièn luego de casi 11 años de matrimonio que nos decidimos a contactarlo...