Quienes siguen mis intervenciones en el foro, saben que mi experiencia llega a derribar mitos sobre la sexualidad de los maridos cuckold.
Hoy intentaré tirar abajo otro mito.
Y es aquel que dice que una hotwife, busca sexo fuera de la pareja porque está sexualmente "insatisfecha" y buscamos en el amante lo que no nos da nuestro marido.
Al menos -en mi caso- no es así, sino que busco el adulterio porque descubrí que eso mejora mi sexualidad matrimonial.
La pregunta sería:
Porque mi conducta libertina -de esposa- mejora la "performance" sexual de mi marido??
Hay una explicación hasta científica para eso y es la siguiente:
Hace un tiempo leí que unos estudiantes de una universidad habían hecho un experimento con primates.
Descubrieron que cuando un chimpancé, contempla a su hembra copulando con otro macho, se producen dos fenómenos:
A) Elevación de los niveles de testosterona.
B) Aumento en la producción de esperma.
Y es natural, ya que los antropoides están compitiendo por cual fecundara a la hembra, y tendrá más chances aquel que tenga mayor volumen de espermatozoides.
Así que -contrariamente a lo que se cree- un marido cornudo usará esa circunstancia de compartir su "hembra" como una forma de aumentar su energía sexual.
Claro que apenas hablo desde mi experiencia, ya que cada matrimonio y parejas ******* un universo, y creo que para que tuviera "peso" se requiere un trabajo de pesquiza que no está a mi alcance hacer, por ejemplo, con entrevistas y evaluaciones.
Solo puedo evaluar las reacciones de mi propio marido, con el que llevamos tantos años juntos.
Veamos.
Recuerdo la primera vez que lo besé después de que otro hombre había eyaculado en mi boca.
No hablo de el llamado "beso blanco" o el "snowball",. sino de que sin dudas, después de un encuentro -con otro- habían en mi boca resquicios del fluido del hombre con el que había estado.
Y recuerdo ese beso porque fue tan intenso, tan especial, tan DIFERENTE, que me dejó perpleja.
Era mi marido y ya el me había besado talvez Miles de veces, pero ese beso fue algo nuevo, distinto, para mí, fue un beso espectacular.
Pero no solo mis "escapadas" mejoraron la forma de besar de mi esposo.
También mejoraron su actitud sexual hacía mi, algo que yo disfruto de sobremanera, -tanto- que hasta le puse nombre.
Le llamo "doble premio" ya que sé, que al sexo que pueda tener con algún eventual amante, le seguirá el sexo que me espera en casa en brazos de mi ardiente marido.
Es una constante, que si paso la noche con algún hombre guapo, mi marido me va a esperar despierto, sin importar a la hora que yo regrese, el estará aguardando mi llegada para hacerme el amor, y de una manera increíble.
Quiere detalles de mi encuentro y eso lo enciende, intenta adivinar en mi cuerpo el sabor o el olor de ese otro hombre que me tocó y así me hace el amor incansablemente.
En el último encuentro de parejas swinger en que participamos antes que la pandemia y el COVID arruinaran todas las posibilidades de contactos, éramos exactamente 12 parejas, o sea, 12 hombres y sus 12 mujeres, ya sean matrimonios o parejas de hecho pero ya consolidadas.
En ese tipo de encuentros las mujeres competimos para ver cuál atrae sobre ella la mayor cantidad de hombres posibles.
Al menos, eso es lo que yo hago.
Pretendo que a lo largo del encuentro, todos los hombres que participan, "pasen" por mi cuerpo al menos una vez, y si lo hacen más de una vez, -pues- mejor aún.
Ya que si detecto que a alguno de los hombres no le llamo la atención, ya comienzo a cuestionarme y mi autoestima se menoscaba.
Si algún hombre solo se centra en las jovencitas, pienso que me ignoró porque ya me estoy poniendo vieja.
Si alguno solo copuló con las flaquitas, ya pienso que ese hombre no vino a mi porque me veo gorda.
Pero en ese encuentro, al hombre que más le llamé la atención, fue al más impensado, ya que ese hombre era mi esposo.
A fin de cuentas, a mí me tiene a su disposición siempre, y mismo teniendo a su alcance a otras 11 mujeres, tanto o más DESEABLES que yo, o al menos la novedad de otra mujer diferente, hizo algo que me dejó tan feliz como desconcertada.
En un momento, estaba yo intercambiando placeres con dos hombres y en ese momento me percato de la mirada espectante de mi marido.
Pensé que miraba porque se que le gusta verme en acción, pero no era eso.
En realidad, estaba aguardando SU TURNO, y así que pudo encontrar en mi cuerpo algún lugar donde buscar placer, se enfrascó en mi persona y no me dejó durante todo el encuentro.
Mismo cuando eventualmente algún otro hombre o alguna mujer se unia a nosotros y hasta mi marido llegó a invitar a otros a pasar por mi cuerpo, el me siguió acaparando durante toda la noche.
Solo se retiraba unos instantes, para "enfriarse" cuando sentía que de seguir se podía regar, regresaba con nuevos impetus como si de nuestra noche de bodas se tratase, o como si yo fuera la desconocida que encontró más deseable en la orgía.
Cómo con mi esposo tenemos mucha comunicación, por supuesto que le pregunté porque se enfocó tanto en mi en aquella velada dónde habían tantas otras mujeres de todos los colores y sabores a su disposición.
Y su respuesta me hizo llorar de emoción y felicidad.
Mi esposo me dijo:
PORQUE ERES -LA MEJOR-.
Hoy intentaré tirar abajo otro mito.
Y es aquel que dice que una hotwife, busca sexo fuera de la pareja porque está sexualmente "insatisfecha" y buscamos en el amante lo que no nos da nuestro marido.
Al menos -en mi caso- no es así, sino que busco el adulterio porque descubrí que eso mejora mi sexualidad matrimonial.
La pregunta sería:
Porque mi conducta libertina -de esposa- mejora la "performance" sexual de mi marido??
Hay una explicación hasta científica para eso y es la siguiente:
Hace un tiempo leí que unos estudiantes de una universidad habían hecho un experimento con primates.
Descubrieron que cuando un chimpancé, contempla a su hembra copulando con otro macho, se producen dos fenómenos:
A) Elevación de los niveles de testosterona.
B) Aumento en la producción de esperma.
Y es natural, ya que los antropoides están compitiendo por cual fecundara a la hembra, y tendrá más chances aquel que tenga mayor volumen de espermatozoides.
Así que -contrariamente a lo que se cree- un marido cornudo usará esa circunstancia de compartir su "hembra" como una forma de aumentar su energía sexual.
Claro que apenas hablo desde mi experiencia, ya que cada matrimonio y parejas ******* un universo, y creo que para que tuviera "peso" se requiere un trabajo de pesquiza que no está a mi alcance hacer, por ejemplo, con entrevistas y evaluaciones.
Solo puedo evaluar las reacciones de mi propio marido, con el que llevamos tantos años juntos.
Veamos.
Recuerdo la primera vez que lo besé después de que otro hombre había eyaculado en mi boca.
No hablo de el llamado "beso blanco" o el "snowball",. sino de que sin dudas, después de un encuentro -con otro- habían en mi boca resquicios del fluido del hombre con el que había estado.
Y recuerdo ese beso porque fue tan intenso, tan especial, tan DIFERENTE, que me dejó perpleja.
Era mi marido y ya el me había besado talvez Miles de veces, pero ese beso fue algo nuevo, distinto, para mí, fue un beso espectacular.
Pero no solo mis "escapadas" mejoraron la forma de besar de mi esposo.
También mejoraron su actitud sexual hacía mi, algo que yo disfruto de sobremanera, -tanto- que hasta le puse nombre.
Le llamo "doble premio" ya que sé, que al sexo que pueda tener con algún eventual amante, le seguirá el sexo que me espera en casa en brazos de mi ardiente marido.
Es una constante, que si paso la noche con algún hombre guapo, mi marido me va a esperar despierto, sin importar a la hora que yo regrese, el estará aguardando mi llegada para hacerme el amor, y de una manera increíble.
Quiere detalles de mi encuentro y eso lo enciende, intenta adivinar en mi cuerpo el sabor o el olor de ese otro hombre que me tocó y así me hace el amor incansablemente.
En el último encuentro de parejas swinger en que participamos antes que la pandemia y el COVID arruinaran todas las posibilidades de contactos, éramos exactamente 12 parejas, o sea, 12 hombres y sus 12 mujeres, ya sean matrimonios o parejas de hecho pero ya consolidadas.
En ese tipo de encuentros las mujeres competimos para ver cuál atrae sobre ella la mayor cantidad de hombres posibles.
Al menos, eso es lo que yo hago.
Pretendo que a lo largo del encuentro, todos los hombres que participan, "pasen" por mi cuerpo al menos una vez, y si lo hacen más de una vez, -pues- mejor aún.
Ya que si detecto que a alguno de los hombres no le llamo la atención, ya comienzo a cuestionarme y mi autoestima se menoscaba.
Si algún hombre solo se centra en las jovencitas, pienso que me ignoró porque ya me estoy poniendo vieja.
Si alguno solo copuló con las flaquitas, ya pienso que ese hombre no vino a mi porque me veo gorda.
Pero en ese encuentro, al hombre que más le llamé la atención, fue al más impensado, ya que ese hombre era mi esposo.
A fin de cuentas, a mí me tiene a su disposición siempre, y mismo teniendo a su alcance a otras 11 mujeres, tanto o más DESEABLES que yo, o al menos la novedad de otra mujer diferente, hizo algo que me dejó tan feliz como desconcertada.
En un momento, estaba yo intercambiando placeres con dos hombres y en ese momento me percato de la mirada espectante de mi marido.
Pensé que miraba porque se que le gusta verme en acción, pero no era eso.
En realidad, estaba aguardando SU TURNO, y así que pudo encontrar en mi cuerpo algún lugar donde buscar placer, se enfrascó en mi persona y no me dejó durante todo el encuentro.
Mismo cuando eventualmente algún otro hombre o alguna mujer se unia a nosotros y hasta mi marido llegó a invitar a otros a pasar por mi cuerpo, el me siguió acaparando durante toda la noche.
Solo se retiraba unos instantes, para "enfriarse" cuando sentía que de seguir se podía regar, regresaba con nuevos impetus como si de nuestra noche de bodas se tratase, o como si yo fuera la desconocida que encontró más deseable en la orgía.
Cómo con mi esposo tenemos mucha comunicación, por supuesto que le pregunté porque se enfocó tanto en mi en aquella velada dónde habían tantas otras mujeres de todos los colores y sabores a su disposición.
Y su respuesta me hizo llorar de emoción y felicidad.
Mi esposo me dijo:
PORQUE ERES -LA MEJOR-.
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