Como empezo su fantacia de ver a su mujer con un moreno

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Como comenzó mi fantasía la conté en este hilo
 
Como comenzó mi fantasía la conté en este hilo
tu
Y no se te ha hecho realidad?
 
Aunque tú pregunta está claramente dirigida a los maridos, como la que maneja la cuenta, soy yo -Mariana-, intentaré responder por los dos, ya que tengo clarísimo el momento en el que surgió esa fantasía.
Fue en el año 2009 cuando con mi esposo estábamos de vacaciones en Brasil, participando del famoso Carnaval de Río de Janeiro.
Fue en la fiesta del Club Scala Río, donde conocimos y travamos amistad con un matrimonio de mulatos brasileños.
Ambos bellísimos, con cuerpos trabajados con mucho gimnasio y que ellos disfrutaban exhibir, aprovechando de las desnudeces que se permite el carnaval.
Cuando este matrimonio nos invitó a conocer su casa, lo tomamos como un gesto de hospitalidad.
Pero yo y mi esposo caímos en una dulce trampa de seducción que este matrimonio montaba para llevar a su cama a las parejas que ellos consideraban DESEABLES
Renato y Katiele, (así se llamaban) llevaban la seducción en la sangre.
-Ella, era bailarina y artista de POLE DANCE, en locales de la noche de Río de Janeiro, así que sabía de sobra como volver locos de deseos a los hombres con sus curvas y su danza.
-El -por su parte- tambien era "stripper" en locales para mujeres, así que también sabía cómo manejar el deseo femenino y "dominar" a las hembras despertando nuestros instintos salvajes.
Pasamos una linda velada en su casa, charlando, conociéndonos, disfrutando de la vista que tenían de la ciudad, y bebiendo cerveza con "cachaça" un aguardiente brasileño.
En un momento ellos nos dijeron que querían mostrarnos como eran los shows que hacían en los locales nocturnos en que trabajaban.
Accedimos, ya que hasta sonaba divertido, un show privado, aunque ellos nos advirtieron que si aceptabamos, deberíamos entender que el "show" terminaba con la desnudez total de Los artistas.
Pusieron música y Katiele comenzó a bailar frente a mi marido que asistía fascinado, y mientras que Renato início su danza sensual exclusiva para mis ojos.
A medida que Katiele se fue desnudando mi marido no conseguía ocultar que -la deseaba-, lo conozco y lo podía ver, así que me centré en el imponente cuerpo de Renato, sus músculos, el brillo de su piel, color bronce que me recordaba el de las estatuas.
Y cuando él se quitó la sunga, ufff!!
Pude apreciar que la "fama" de los hombres negros no era un mito.
Renato estaba muy bien "equipado" para complacer a cualquier mujer.
Mientras que Katiele, ya desnuda, bailaba frente a mi marido, yo tenía al marido de aquella mujer, ofreciendo me su desnudez y seducción.
Ya tenía yo aquel pene bamboleante frente a mi rostro; Renato me incitaba a que dispusiera de su sexo, podía tocarlo y hasta saborearlo, -pero- y mi marido ??
-Cual sería su reacción -pense- si me comportaba así ???
Bastó que yo desviara la vista hacia donde estaba mi esposo, para constatar que a esas alturas su cara estaba entre las tetas de Katiele, que ya desnuda, sujetaba la cabeza de mi marido mientras le restregaba sus pechos por la cara.
Y mi esposo, ya perdido por la cachondez no perdía tiempo en recorrer con sus manos la piel ardiente y desnuda de la mulata.
Miré a Renato y el con una sonrisa de triunfo comprendió que yo también me había "rendido".
El moreno me cargó con sus brazos musculosos y me depositó sobre su cama.
Y literalmente comenzó a violarme, a saber de la forma tan ******* en la que comenzó a poseerme.
Yo buscaba a mi marido con la mirada y lo único que veía era como el se retorcía mientras Katiele le hacía oral devorando su pene con sus labios carnosos.
Por su parte Renato, no se importaba si yo estaba preparada para recibir toda su tamaña "humanidad" dentro de mi cuerpo.
Simplemente me inmovilizo con sus brazos y se abrió paso en mis carnes.
Con cada embestida de Renato yo rugía de forma descontrolada, y pensaba absurdamente en los vecinos que podían estar escuchando.
Cuando Katiele y mi marido se unieron a nosotros en la cama comenzó la verdadera orgía.
Hicimos TODO lo que cuatro personas pueden hacer en una cama.
Yo ya conocía mi lado bisexual, pero fue una agradable sorpresa descubrir como mi marido también se dejaba llevar al terreno de la bisexualidad masculina.
La experiencia fue maravillosa y yo y mi marido nunca más paramos en nuestra búsqueda de nuevas sensaciones y placeres desconocidos.
Nunca más olvidamos aquel matrimonio de mulatos que en una noche de carnaval, nos "inició" a mi y a mi marido en el delicioso intercambio de parejas y nos permitió descubrirnos a nosotros mismos.
 
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